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Aunque pueda parecer mentira, el tomate no empezó a hacerse popular en Europa, como quien dice, hasta antes de ayer. Su desembarco en el continente (procedente de las Américas, donde se les llamaba xitomalt o tomati) fue en el siglo XVI, pero una injustificada fama de planta poco saludable y venenosa no le ayudó a expandirse. Hay que esperar hasta finales del siglo XVII para encontrar las primeras recetas de tomate en libros de cocina y finalmente, un siglo más tarde, este delicioso bocado se impuso en todas las cocinas europeas. Así hemos llegado hasta el día de hoy en que se ha convertido en un imprescindible.

En esta historia de éxito hay que destacar su sabor y color además de la gran cantidad de minerales, vitaminas y agua (en torno a un 94%) que aporta. Hay innumerables variedades de tomates con las que el ser humano ha jugado para combinarlas en busca de un fruto con mejor peso y tamaño. Pero nuestro chef, Ixak Salaberria, te ofrece un consejo para que verdaderamente puedas disfrutar del placer de comerse un buen tomate: “degústalo solo en verano, cuando está en temporada”.

Y por fin ha llegado el momento de la sencilla y deliciosa receta de tomate. Empezamos por los ingredientes para dos personas:

Tomate del país

Aceite de oliva viergen extra

Bonito

Albahaca fresca

Pizca de sal

¿Ingredientes preparados? Pues comenzamos limpiando el tomate, lo cortamos y lo colocamos en una ensaladera. Seguidamente desmiga el bonito y las hojas de albahaca fresca y échalo todo sobre el tomate ya cortado. Llega el turno de sazonar al gusto y rociar con aceite de oliva (recuerda que cuanto más aceita más pan podrás mojar en la salsa resultante). Y finalmente siéntate y disfruta de este bocado que sabe a verano.