Fagollaga, tierra de agua y hierro
: 20-02-2018 : 4 Comentarios
El río Urumea (navegable desde las inmediaciones de Ereñozu hasta su desembocadura en Donostia) es tradicionalmente la vía de comunicación directa entre el interior de la provincia y el mar. Por sus aguas navegaban embarcaciones de madera, por lo general denominadas ‘gabarras’ y dirigidas por aleros que transportaban desde sidra hasta hierro.
La ubicación de Fagollaga junto al Urumea le convierte en un enclave idóneo incluso para el trabajo del hierro. Ya en documentos del siglo XVIII se mencionan las herrerías de Fagollaga y Ereñozu, que a comienzos del año 1750 plantearon a la Corona un acuerdo para fabricar anclas.
Tal y como recoge el historiador donostiarra Ignacio Carrión en su estudio ‘La fabricación de grandes anclas de navíos en el siglo XVIII en Gipuzkoa’, “en septiembre de 1750 la villa de Hernani y los otros dos propietarios de ferrerías del Urumea proponen a la Corona el asiento siguiente: durante cuatro años, a partir de 1751, fabricarán 20.000 quintales castellanos de anclas, es decir, 5.000 quintales anuales, a entregar en el muelle de San Sebastián, donde se depositarían después de haber descendido en gabarras por el Urumea hasta el puerto de Santa Catalina”.
Este es el motivo de la creación de la Real Fábrica de Anclas en Fagollaga que estuvo en funcionamiento durante un siglo. Aún hoy, junto al restaurante, se pueden ver los restos del edificio (imagen de esta entrada del blog) que consiguió ubicar en el mapa a Fagollaga y que te recomendamos descubrir con un enriquecedor paseo por la zona.